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Botas Ponseti: el gran reto de muchas familias

Si has llegado hasta esta parte del tratamiento, lo más probable es que ya hayas pasado por las escayolas y la tenotomía. Y justo cuando parecía que todo iba encarrilado… llegan las famosas botas Ponseti. O como muchas familias las llaman: las botas con barra.

Y entonces surgen un montón de preguntas:
¿Cuánto tiempo tiene que llevarlas mi bebé? ¿Le resultará incómodo? ¿Podrá moverse bien?

¿Qué son exactamente las botas Ponseti?

Las botas Ponseti son unas botitas ortopédicas que se unen mediante una barra metálica. Esta barra se encarga de mantener los pies en una posición corregida, evitando que vuelvan a desviarse después de haber logrado la alineación gracias al método Ponseti.

Su función es esencial: mantener la corrección que tanto ha costado conseguir durante las fases anteriores del tratamiento. Y aunque parecen sencillas, representan uno de los retos más emocionales y duraderos para muchas familias.

¿Cómo se usan las botas Ponseti?

Generalmente, el uso comienza con 23 horas al día, dejando únicamente pequeños momentos sin ellas, como el baño o cambios de ropa. Con el paso del tiempo (y si todo va bien), se reduce progresivamente su uso hasta que solo se utilizan durante el sueño, por lo general hasta los 4 o 5 años.

Sí, has leído bien: años.
Y aunque al principio suena abrumador, poco a poco el cuerpo —y el corazón— se va adaptando.

Nuestra experiencia personal con las botas Ponseti

Ahora mismo, nuestra hija Halia, que tiene 9 meses, está justo en esta fase. Aunque en su caso el camino ha sido un poco distinto, porque tiene un pie zambo atípico, más rebelde de lo habitual, y el método Ponseti no ha funcionado del todo como esperábamos.

Estamos probando alternativas, adaptándonos a su forma de evolucionar y buscando lo mejor para ella cada día.

Muy pronto compartiré un artículo contando todo con más detalle, porque sé que hay otras familias como la nuestra, que no encajan al 100% en el protocolo y que necesitan también información, apoyo y acompañamiento real.

Lo que hemos aprendido hasta ahora

Desde nuestra (aún corta) experiencia, puedo decirte que los primeros días con las botas Ponseti son duros. Ver a tu bebé limitado en sus movimientos, despertarse molesto por la barra o sin saber cómo mover sus piernecitas… duele. Y mucho.

Pero también aprendemos.
Aprendemos que los bebés son impresionantes. Se adaptan, exploran, se enfadan, se ríen… y vuelven a intentarlo. Día tras día.
Y nosotros aprendemos con ellos.

Cada noche, al cerrar las botas Ponseti, lo hacemos con la esperanza de que todo este esfuerzo —todo este amor disfrazado de rutina— dará sus frutos. Que un día miraremos atrás y pensaremos: valió la pena.

Si estás en esta fase, te abrazo

Y si ya la pasaste, me encantaría que compartas tu experiencia en los comentarios del blog o en nuestra comunidad.
Porque cada historia cuenta.
Y la tuya puede ser justo lo que otra familia necesita leer hoy.

Halia botas ponseti