
Pasitos valientes
Esta es la historia de Halia, mi hija, diagnosticada con pie zambo atípico al nacer.
Este blog nace desde el corazón para que tú, que también estás pasando por esto, no te sientas sola.
Aquí encontrarás apoyo, información real y mucho amor paso a paso.

¿Acaban de decirte que tu bebé tiene pie zambo?
Si acabas de recibir la noticia de que tu bebé tiene los pies zambos, o te ha pillado por sorpresa en el mismo momento del nacimiento —como me pasó a mí—, esta carta es para ti. La he escrito desde el corazón, pensando en cada mamá, papá o familia que, como nosotros, se siente perdida al escuchar por primera vez esas dos palabras. Ojalá alguien me hubiera dado esta carta cuando me dijeron que mi pequeña venía con sus piecitos diferentes. Hoy quiero que tú sí la tengas.
Nuestra historia






Te voy a ser muy sincera…
Cuando nació mi hija Halia, no tenía ni idea de lo que era eso del pie zambo. Ni una sola vez me lo mencionaron en el embarazo. Así que imagínate la sorpresa cuando vi sus piecitos torcidos por primera vez…
No te voy a engañar, se me vino el mundo encima.
Me hablaron del método Ponseti, de que tenía solución, de que no me preocupara… pero claro, la teoría es muy fácil, ¿verdad?
La realidad es que me sentí perdida. Con mil dudas, con miedo… y muy sola.
Y te voy a decir algo que seguro que tú también has escuchado más de una vez…
Esa típica frase de:
"Ay mujer, si no pasa nada, tiene solución. Da gracias que solo sea eso."
¿Te suena? Porque a mí me la dijeron un montón de veces.
Y mira, sí… claro que doy gracias. Por supuesto que sí.
Pero también me gustaría no tener que dar las gracias por algo que, la verdad… duele.
Duele ver a tu peque pasar por escayolas, operaciones, preoperatorios, noches de insomnio…
Duele cada vez que no sabes si lo estás haciendo bien.
Duele, y solo nosotras sabemos lo que se pasa. Solo quien lo vive sabe lo que pesa todo esto en el corazón.
Por eso nació Pasitos Valientes.
Porque me niego a que lo vivas en silencio, a que sientas que exageras o que no tienes derecho a quejarte.
Aquí no vas a encontrar frases vacías.
Aquí vas a encontrar a alguien que de verdad te entiende.
Que sabe lo que hay detrás de cada pasito.
Que quiere que te sientas acompañada, parte de algo más grande, de una comunidad real, hecha de madres, padres y familias como tú y como yo.
Porque este camino, aunque a veces asuste, se lleva mucho mejor juntas.
Y sí, te invito a quedarte, a compartirlo conmigo y con todas las familias que están por aquí.
Porque si algo he aprendido, es que acompañadas, somos más fuertes.

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Estamos aquí para apoyarte en este camino juntos.
